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MI VIDA COMO MADRE DE UNA NUEVA GENERACIÓN: beneficios de una crianza diferente

Soy madre de una millennial y de una centennial, quizás son dos centennials (bajo ciertas escalas de clasificación, a veces son una o la otra). Para muchos padres esto supone un desafío. En mi caso particular, yo he decidido manejarlo con otra perspectiva y asumo la situación como un estímulo a mi agilidad mental.

Lo confieso ¡Nunca me aburro! Leo e investigo mucho para poder seguirle los pasos a mis hijas con los temas de conversación que ponen sobre la mesa. Hemos tenido todo tipo de conversaciones, desde las mas sencillas hasta las mas complejas. Por ejemplo, hemos conversado en familia sobre conflictos con sus compañeros de estudio, pero también hemos hablado sobre cómo disminuir nuestro impacto en la salud del planeta a través del reciclaje de ropa, eliminar compras de plásticos, y otros. Inclusive, hemos hablado sobre temas muy controvertidos como la identidad de género o posiciones políticas.

Ciertamente tenemos opiniones muy diferentes con respecto a ciertos temas y después de varios desacuerdos y discusiones, hemos aprendido a conocer la posición del otro y a respetarlo. Por supuesto, ya tenemos identificados los temas en los que no hemos llegado a ningún consenso, y le damos un tratamiento especial a la ocasión en la que surgen.

En todo caso, veo a mi familia como un centro de aprendizaje continuo. Gracias a nuestras hijas, mi esposo y yo sabemos manejar redes sociales. Me enseñaron a abrir mi canal en Youtube y a transmitir en streaming por Facebook, de forma simultánea con Zoom.

Sin dejar de ser padres, orientamos a nuestras hijas en su desarrollo personal. El conocimiento y las experiencias van de nosotros hacia ellas, pero ellas también nos nutren con sus propias perspectivas de vida, con sus curiosidades y sus razonamientos, son verdaderos detonantes de actividad intelectual.

No fui educada como mi esposo y yo estamos educando a nuestras hijas, hemos creado nuestro propio método, nuestras propias reglas y ¿saben qué? Nos está funcionando.

Gracias a la cuarentena, nos hemos acercado mucho mas y aprendimos a jugar en equipo tanto para atender los deberes del hogar, como para atender nuestras distintas responsabilidades de estudio y trabajo. Somos una verdadera cuadrilla de trabajo donde cada uno tiene una labor específica. Conocemos nuestros horarios de trabajo y estudio y en base a eso, respetamos el silencio necesario para cumplir con ellos.


La armonía y la comunicación en familia son posibles. Solo se necesita mucho amor y una elevadísima dosis de empatía. Te invito a cultivar estos ingredientes clave y luego me cuentas cómo te fue.

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